INTRODUCCIÓN
La filosofía de Hegel
ejerció una gran influencia durante la primera mitad del siglo XIX, pero ello
no impidió que se fueran gestando nuevas corrientes filosóficas contrarias a
ella y que acabaran por imponerse en la segunda mitad de este siglo.
Estudiamos en la guía
anterior el desarrollo del marxismo. Paralelamente a él surge el positivismo,
que tiene como fundador al francés Augusto
Comte.
Augusto Comte influenciado
por el socialismo de Saint-Simón, por la filosofía kantiana, por los ilustrados
franceses y por el empirismo inglés, entre otros, constituye una filosofía,
que la califica de "positiva". Con ella pretende superar la crisis de
una sociedad sacudida y traumatizada por los efectos de la Revolución Francesa
y la revolución industrial mediante la instauración de un nuevo orden social.
El
positivismo considera que la clave para lograr la reforma social de la humanidad
es la "ciencia", que en su dimensión teórica constituye la única
fuente segura de conocimiento, y en su dimensión práctica muestra su utilidad
por medio de la técnica.
El saber científico
"positivo" se atiene a los hechos observados, supera todo tipo de
especulación y aporta riqueza y prosperidad a la humanidad. El hombre conoce
para actuar sobre las cosas y modificar su curso conforme a las necesidades de
la vida: "saber es prever, pero prever para proveer", dice Comte.
Esta concepción del saber
culmina en la "sociología" como nueva ciencia que al establecer la
naturaleza del espíritu humano y las leyes que rigen su desenvolvimiento
histórico, supedita todos los demás conocimientos y se convierte en
"ciencia suprema", a la vez que promueve el nuevo orden social más
progresivo y libre. Este saber positivo no es absoluto, sino relativo, es decir,
se va perfeccionando a través de los estadios que ha pasado la humanidad.
El positivismo de Comte
dejó una profunda huella en el pensamiento y en la sociedad contemporánea. En
el terreno del pensamiento promovió el "cientifísmo", es decir, el
estudio de la filosofía natural, en lo social tuvo una gran influencia en la
reforma de la enseñanza pública en la Francia de la Tercera República, se
extiende rápidamente por las naciones latinoamericanas.
CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS EN EL PENSAMIENTO DE COMTE
Comte vive una serie de
acontecimientos que condicionan su pensamiento filosófico.
Factores políticos, económicos y sociales
Políticos
Vive las
consecuencias de la Revolución Francesa con la caída del Antiguo Régimen. En
1804 Napoleón es emperador, pero en 1814 la Santa Alianza consigue restaurar la
monarquía borbónica. La Revolución Liberal (1848) proclama la República con
Luis Napoleón, como presidente, quien tras un golpe de Estado, se proclama
emperador en 1852. Dentro de
este contexto, el positivismo comtiano con su pretensión de restituir el orden
social se sitúa en la línea contrarrevolucionaria.
Económico-industrial
La ideología
del liberalismo económico favorece el proceso de industrialización, la creación
de mercados mundiales y el surgimiento de empresas gigantescas. Este proceso de
la industria resulta propicio para un intenso desarrollo de las ciencias
positivas. Por lo tanto, no puede extrañar que la filosofía positiva de Comte
sea producto de estos fenómenos.
Social
Pero
el desarrollo económico-industrial se despreocupa de los problemas sociales,
es decir, de las lamentables condiciones de vida del obrero. Esto da origen a
una serie de pensadores sociales que denuncian estas condiciones y buscan un
nuevo orden (socialismo utópico). Entre estos pensadores sobresalen: Fourier y
Saint-Simon quienes influyen en el joven Comte, en el que lo social aparecerá
en toda su obra, hasta elevarlo a la ciencia suprema: la sociología.
Vida
y obras de Augusto Comte (1798-1857)
Nace en Montpellier
(Francia) y es educado en la tradición monárquica católica familiar. En el
liceo se destaca por su rebeldía y brillantez como alumno, sobre todo en
matemáticas.
Ya a los 14
años se declara libre pensador y republicano. Dos años más tarde ingresa en la
Escuela Politécnica de París, que dirigida por eminentes científicos educaba a
la élite francesa. Es expulsado de ella (1816) por participar en movimientos
antimonárquicos.
En 1817
conoce a Saint-Simon, teórico del socialismo, y entra a su servicio como
discípulo y secretario. Bajo su dirección escribe: Opúsculos de filosofía
social, entre los que destaca Ensayo de un sistema de política
positiva.
En 1824 rompe
con su maestro y, marcado por el socialismo, la crisis del idealismo y el auge
de las ciencias de la naturaleza, inicia su propia reflexión intelectual. Problemas con
su esposa y el exceso de trabajo, le provocan una crisis mental que le lleva al
intento de suicidio arrojándose al río Sena En 1831 intenta sin éxito conseguir
la cátedra de Matemáticas en la Escuela Politécnica.
En 1844 publica su obra
Discurso sobre el método positivo en la que propone la alianza entre
filósofos y políticos con el fin de implantar una enseñanza popular superior
como solución a los problemas sociales. En 1842
abandona a su esposa Carolina y se enamora de Cleotilde de Vaux (1844) quien es
para él una especie de musa, pues le despierta su religiosidad y como
consecuencia se presentará más tarde como profeta y pontífice de la nueva
religión de la humanidad.
En 1848 funda la Sociedad
Positivista y en 1856 publica: Sistema de política positiva o Tratado de
sociología, que es como un "catecismo positivista" donde
instituye la religión de la humanidad. A partir de entonces Comte se inclina
hacia posiciones conservadoras y publica: Llamada a los conservadores,
donde propone una alianza con los jesuitas para acabar con la "irrupción
anárquica del delirio occidental". Muere en París en 1857.
¿Cómo llega Comte al positivismo?
Hemos dicho
que el proceso de industrialización que se venía dando en el siglo XIX propició
el desarrollo de las ciencias de la naturaleza y en general de todas las
ciencias. Comte cree que el hombre
puede y debe transformar la naturaleza por medio de la ciencia. Siguiendo la
dirección marcada por Saint-Simon presenta al positivismo como el camino que
lleva a constituir la ciencia como el fundamento de un nuevo orden social
unitario.
En este sentido el
positivismo acompaña y fomenta la consolidación de la naciente organización
técnico-industrial de la sociedad, recoge y alienta las esperanzas o ideales
del hombre moderno, que cree hallar en la ciencia la garantía infalible de su
propio destino. Esto explica el rechazo del positivismo a todo lo sobrenatural
y metafísico, considerados como inútiles y supersticiosos, y la defensa de la
ciencia como el único medio para adquirir un conocimiento válido y útil acerca
de los hechos y, por tanto, capaz de imponer las consecuentes medidas de orden
práctico necesarias para reorganizar la sociedad.
Por eso. una vez que todas
las ciencias particulares se han hecho positivas, en su obra Ensayo de un
sistema de política positiva afirma que la política debe hacerse
positiva para contribuir a organizar a la sociedad y preservarla de la anarquía
que la amenaza. Para lograrlo convoca, en nombre de la sociedad, a todos los
sabios de Europa para que emitan su opinión acerca de la "elaboración de
un sistema de observaciones históricas sobre la marcha general del espíritu
humano, fundar un sistema completo de educación positiva para la sociedad, que
conlleve un conocimiento y transformación de la naturaleza para proveerla a
beneficio de ella"
Se trata, pues, de imponer
acorde con los tiempos el "espíritu positivo" a todos los hombres y
en todos los campos.
EL POSITIVISMO
Comte elabora el
positivismo no sólo como una teoría (filosofía) sino especialmente como una
práctica (ciencia política).
Desde su
juventud se orienta hacia la ciencia porque ve en ella la posibilidad de
conseguir la regeneración del hombre, un hombre más culto y perfecto; y a la
filosofía le atribuye la responsabilidad de concebir y ejecutar el nuevo orden
social en correspondencia con el estado actual del saber, porque la teoría
antecede a la práctica y le sirve de guía
Comte define la filosofía
como: "doctrina general de los conocimientos humanos", pero al
añadirle el calificativo de "positiva", identifica el conocimiento
humano con los conocimientos aportados por las ciencias, es decir, a partir de
hechos observados. La "filosofía
positiva" (positivismo), consiste, pues, en la sistematización enciclopédica
del saber positivo o el saber de las ciencias. Como filosofía es un saber
universal que sintetiza todas las ciencias, y como positiva se aplica a
cualquier conocimiento que procede de la observación empírica, para organizar
esos datos por la razón.
Principios básicos del positivismo
El positivismo se fundamenta en tres principios básicos:
El "fenomenalismo",
el positivismo quiere superar la diferencia kantiana entre "fenómeno y
noúmeno" o entre "apariencia y esencia". Para el positivismo el
"fenómeno o apariencia" es lo real: "lo real es todo y sólo lo
dado en la experiencia".
El "nominalismo", los
objetos singulares son los referentes últimos de cualquier conocimiento. Si
niega la "esencia o el número", niega también los "conceptos
universales", pues éstos no corresponden a nada real, son sólo nombres. De
esta forma el positivismo es "antimetafisico",
pues niega aquellas realidades más allá de la realidad empírica, la "ciencia
única". La aspiración máxima de la filosofía positiva es la unidad
fundamental de la ciencia.
Características del saber positivo
Comte para
describir los atributos correlativos al espíritu positivo comienza a exponer
las diversas acepciones o significaciones de la palabra "positivo".
— El significado más común de la palabra
positivo es "lo real" en oposición a lo quimérico.
— También la palabra positivo, lo relaciona
con "lo útil", en oposición a lo ocioso, lo estéril.
— Una tercera significación que le asigna es "certidumbre",
en oposición a dudoso.
— Una cuarta significación es "preciso"',
en oposición a vago e impreciso.
— Una quinta significación es "
organizado". en oposición a desordenado
— Por último una significación no relacionada
directamente con la palabra positivo es "relativo", en
oposición a absoluto.
Filosofía de la historia: ley de los tres estados
Para Comte el significado
estricto de positivismo resulta del análisis del desarrollo histórico de la
humanidad, de la sociedad y del hombre en particular, que se resume en lo que
el denomina ''ley de los tres estados", clave fundamental de todo el
sistema comtiano
Esta ley, que
rige tanto el dominio de la teoría como de los hechos, lleva en su entraña la
historicidad de la vida humana, y muestra la relatividad de las concepciones
del mundo y del desarrollo del conocimiento.
Comte afirma que cada
época está en relación con los conocimientos de los individuos que la
constituyen y con su circunstancia social. Pruebas racionales y verificaciones
históricas le llevan a afirmar, que el desarrollo de la inteligencia humana
pasa por tres estados o métodos de filosofar que constituyen tres clases de
filosofías.
Estos estados son: teológico,
metafísico y positivo. 2.3.1 Estado
teológico (o ficticio)
"En el estado teológico, el espíritu humano dirige esencialmente sus
investigaciones hacia la naturaleza íntima de los seres, a las causas primeras
y finales de todos los efectos que le chocan, en una palabra, hacia los
conocimientos absolutos, se representa los fenómenos como
producidos por la acción directa y continua de agentes sobrenaturales, más o
menos numerosos, en que la intervención arbitraria explica todas las anomalías
del universo".
(Curso de filosofía positiva).
Es el primer estado del
espíritu humano, en el que la humanidad busca respuestas a sus interrogantes
sobre la naturaleza de las cosas y atribuye la explicación de sus problemas a
"causas o principios sobrenaturales": dioses. Este estado, según
Comte, representa en filosofía la infancia de la humanidad. Se caracteriza por
un predominio de la "imaginación" en el conocimiento, y en lo social
se caracteriza por el predominio de lo militar y de lo religioso.
El estado
teológico, que según Comte se da hasta finales de la Edad Media, ha pasado por
tres etapas sucesivas:
— Fetichismo: (adora a
objetos a los que da un poder sobrenatural).
— Politeísmo: (el objeto
de veneración son los dioses).
— Monoteísmo: (el objeto
de veneración es un Dios: omnipotente e omnisciente.
Estado metafísica (o abstracto)
"En el estado metafísica, que en el fondo no es más que una
modificación del primero, los agentes sobrenaturales son reemplazados por
fuerzas abstractas, verdaderas entidades (abstracciones personificadas)
inherentes a los diversos seres del mundo y concebidas como capaces de
engendrar por si mismas todos los fenómenos observados, por lo que la
explicación consiste en asignar a cada uno la entidad correspondiente".
(Curso de filosofía positiva)
Este estado
representa un progreso sobre el anterior Las preguntas que hace el hombre sobre
la naturaleza de las cosas, no las explica por medio de agentes sobrenaturales,
sino que las explica por medio de "abstracciones o principios
racionales", como esencia, substancia, etc. En este estado la humanidad se
aparta de la imaginación y se apoya en la "razón" o
deducciones-racionalizaciones. Según Comte, este estado se inicia en la Edad
Moderna con el racionalismo y pretende imponerse en la humanidad.
El
estado positivo (o real)
"En el estado positivo, el espíritu humano, al conocer la
imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el
destino del universo y a reconocer las causas intimas de los fenómenos, para
aplicarse únicamente a descubrir, mediante el empleo bien combinado del
razonamiento y la observación, sus leyes efectivas, es decir, sus relaciones
invariables de sucesión y semejanza. Reducida así la explicación de tos hechos
a sus términos reales, entonces ya no es más que el enlace establecido entre
los diversos fenómenos particulares y ciertos hechos generales cuyo número
tiende a disminuir paulatinamente con los progresos de la ciencia".
"El sistema teológico llegó a la más elevada perfección de que es
susceptible cuando sustituyó el juego vario de las numerosas divinidades
independientes que habían sido ideadas primitivamente por la acción
providencial de un ser único. Asimismo, el último término del sistema
metafísica consiste en concebir, en vez de entidades particulares diversas,
una entidad general grande y única, la Naturaleza, considerada como fuente
única de todos los fenómenos..."
(Curso de filosofía positiva)
Es el estado
definitivo en el que debe perdurar la humanidad. En este estado el hombre no se
pregunta por las causas, las esencias de las cosas, sino el "cómo" se
da los fenómenos, es decir, en la descripción de los fenómenos de la
"relación" invariable de sucesión y similitud de ellos. Según esto,
el estado positivo no consiste en saberes abstractos o metafísicos, sino en
saberes que dan las ciencias positivas, fundados en hechos observados y en sus
relaciones sucesivas. Comte sitúa este estado en la época actual, es decir, en
la época industrial.
En este caso
positivo surge el positivismo como "filosofía positiva", que
se enfrenta al idealismo absoluto de Hegel, es decir, contra las concepciones
abstractas y metafísicas que nada tienen que ver con la realidad.
El saber positivo es un saber científico
Comte pretende que el
positivismo sea la ciencia que parte de los "hechos concretos, de los
fenómenos sociales, de la existencia del hombre concreto y de la estructura
material de la naturaleza", como hacen las ciencias positivas, y que se
constituya como un saber supremo, donde el saber de las ciencias aparezca organizado
y clasificado.
Para
conseguir esto, en su obra Curso de filosofía positiva presenta su
concepción de la ciencia o su "teoría de la ciencia". El saber
positivo responde a la tesis: "Los enunciados científicos son enunciados
sobre hechos constatables". ¿Qué entiende Comte por "hechos
constatables'”? La ciencia se interesa por las cosas en cuanto que reúnen las
siguientes condiciones:
— Son "fenómenos", es decir, algo
que se nos manifiesta
— Constituyen "lo dado", es decir,
algo con lo que nos encontramos
— Son "observables", es decir,
accesibles mediante los sentidos.
— Son "verificables", es decir,
cualquiera los puede comprobar
La unidad de estas cuatro
características: fenómenos, dado, observable, verificable, es lo que para Comte
constituye el "hecho constatable", que para ser "positivo o
científico" es necesario estudiarlo con el máximo rigor y precisión, al
modo como lo hace el método científico,
Sólo así el conocimiento adquiere la calidad de "objetividad".
Así, el saber positivo
coincide con el saber científico Pero los hechos positivos (científicos) no se
presentan en forma caótica, sino según un orden bastante invariable, que nos
pone de manifiesto como acontecen. Esto nos indica que los hechos científicos
están sometidos a "leyes" que no explican el "por
qué" sino que solamente describen "cómo" ocurren los hechos, el modo como se
relacionan unos con otros
Consecuentemente, el saber
positivo o científico es un saber "relativo", es decir, no se
trata de un saber acerca de la naturaleza interna de las cosas, sino de un
saber que pone de manifiesto el sistema de "relaciones" que
estructuran los hechos: más que con cosas, nos enfrentamos con hechos que se
presentan, unos, cuando aparecen otros.
En conclusión, para que haya ciencia se requiere:
— Hechos observados.
— Leyes que expresan relaciones
existentes entre esos hechos.
Si solamente tuviéramos
hechos aislados no habría ciencia. La ciencia consiste fundamentalmente en
coordinar hechos, en descubrir leyes, regularidades observadas en la constitución
y desarrollo de los fenómenos, relaciones relativamente constantes entre
hechos establecidos mediante la observación y el experimento.
Comte en su obra
"Curso de filosofía positiva" sintetiza lo anterior: diciendo:
"La
función de la filosofía positiva consiste en captar los fenómenos como sujetos
a leyes invariables. El objeto del saber no es buscar causas, sino establecer
relaciones normales de sucesión y similitud de fenómenos"
El concepto de ley es
fundamental para constituir la ciencia. Las leyes se descubren por la
reflexión racional dentro del mundo de la experiencia y constituyen, en
definitiva, la afirmación del determinismo que se extiende desde la naturaleza
al hombre y a la sociedad. Pero hay que advertir que los conocimientos de la
ciencia, que están condicionados por la propia constitución orgánica del hombre
y por las circunstancias históricas que cambian constantemente, progresan sin
cesar.
No obstante, podemos decir
que sólo hay "una sola ciencia", la ciencia del hombre, ya que en
ella vienen a converger todos los demás conocimientos.
Clasificación de las
ciencias
Como hemos visto, según
Comte, la evolución del saber determina la transformación social a lo largo de
la historia. En el presente, el saber positivo debe fundamentar el nuevo orden
social. Como todas las ciencias han sido elaboradas en estados anteriores,
consecuentemente han perdido vigencia y se impone la necesidad de planificar
una nueva educación científica enteramente positiva. Se hace necesaria una
clasificación más conveniente entre las distintas ciencias.
Comte para clasificar las ciencias primero establece dos
criterios:
a) Generalidad-complejidad:
están en proporción inversa. Esto quiere decir que "las ciencias más
generales son las menos complejas"
b) Simplicidad-general:
"cuanto más simple sea el objeto observado más general es su
aplicación", es decir, que los objetos más simples son, a la vez, los más
generales.
Una vez establecidos los criterios. Comte
hace la clasificación de las ciencias
a) Siguiendo el criterio de "generalidad-complejidad",
divide las ciencias en dos grupos:
1) Generales: son aquellas que
tienen por objeto el descubrimiento de leyes Ejemplo: química
2) Particulares: son aquellas
que consisten en la aplicación de esas leyes descubiertas en las generales.
Ejemplo: mineralogía.
Según Comte las ciencias
"generales" son las fundamentales y distingue entre ellas seis:
matemática, astronomía, física, química, fisiología y sociología
b) Siguiendo
el criterio de la "simplicidad-general", es decir, que lo más simple
es lo más general, dice que habrá que comenzar por las ciencias que tratan de
fenómenos más simples y generales hasta llegar a los más particulares y
complejos
Según esto divide en dos grupos, el conjunto de fenómenos naturales:
1) El grupo de los cuerpos brutos, que son objeto de la "física inorgánica"
2) El grupo de los cuerpos
organizados, que son objeto de la "física orgánica"
Comte dice que no puede
precederse al estudio de la física orgánica sino después de haber establecido
las leyes de la física inorgánica
La física inorgánica la divide en dos secciones
distintas:
1) La física celeste o astronomía, que
estudia los fenómenos generales del universo.
2) La física terrestre, que estudia los
fenómenos que se presentan en los cuerpos terrestres.
Consecuentemente, la
filosofía natural debe comenzar con el estudio de los fenómenos astronómicos,
que son los más generales, los más simples, los más abstractos, y sus leyes
influyen sobre los otros fenómenos, como ocurre, por ejemplo, con la ley de la
gravitación universal. Seguiría con el estudio de la física terrestre que añade
a los fenómenos anteriores los que le son propios.
La física terrestre la subdivide
en:
a) Física, propiamente dicha,
que estudia los cuerpos desde el punto de vista mecánico.
b) Química, que estudia los
cuerpos desde el punto de vista químico.
La física orgánica presenta dos series de fenómenos: los relativos
al individuo y los que conciernen a la especie, sobre todo cuando ésta es
sociable. Según esto la divide en dos grandes ciencias:
a) La física individual o fisiología,
que estudia la estructura y componentes de los seres vivos.
b) La física social o sociología, que
estudia los fenómenos sociales.
Para estudiar los
fenómenos sociales hay que partir de un profundo conocimiento de las leyes
relativas a la vida individual.
A estas cinco
ciencias hay que añadir las matemáticas, la ciencia más amplia y
fundamental, la base de toda la filosofía natural. En el estado presente del
espíritu humano cada vez serán más empleadas como método que como mera
doctrina, por lo que su estudio es preliminar e indispensable para todos los
demás órdenes de fenómenos.
LA
SOCIOLOGÍA O FÍSICA SOCIAL
Introducción
En la
clasificación que ha hecho Comte de las ciencias, la sociología o física social
aparece en el último lugar. Esto no es casual; si es así es porque Comte considera
que en ella convergen todas las demás ciencias. La sociología es la última
ciencia que ha llegado a ser "positiva", porque los fenómenos
sociales son los más complejos y elevados de todos los fenómenos naturales, ya
que afectan diferentemente al hombre. Requiere, por tanto, de los métodos y
contenidos del resto de las ciencias.
Comte dedica a la
sociología los tres últimos libros de los seis que consta el Curso de
filosofía positiva, y le asigna como objeto natural el estudio de las
grandes concepciones científicas producidas por el espíritu humano, las leyes
que rigen su desarrollo histórico -el progreso social- y la estructura -el
orden social- en que se ha constituido.
La finalidad
de la sociología es promover una organización más progresiva y libre de la
sociedad. Cuando en su obra Sistema
de política positiva Comte desarrolla la proyección religiosa de la
filosofía positiva, asigna además a la sociología, a través de la moral, la
tarea de instituir la religión de la humanidad.
Definición de sociología
La sociología constituye
la aportación científica más genuina de Comte, quien dedica un gran esfuerzo a
elaborarla, a la manera de las ciencias positivas ya establecidas, y a señalar
su verdadero carácter filosófico. En el libro
cuarto de "Curso de filosofía positiva", Comte define la sociología
como: "El estudio positivo del conjunto de las leyes fundamentales propias
de los fenómenos sociales"
La sociología se dedica,
pues, al estudio de las estructuras de la sociedad con el objeto de reformarla
y buscando su desarrollo: "orden y progreso". En otras palabras, el
objeto de la sociología es establecer las leyes que rigen el orden y el
progreso de la sociedad.
División de la
sociología
La nueva ciencia, según
Comte, tendrá dos partes lógicamente unidas. Estas partes son: "estática
social" (el orden) y la "dinámica social" (el progreso).
Estática social
Estudia el
orden social, la estructura de la sociedad tratando de encontrar las leyes del
orden social. Lo estático se refiere a las condiciones de
"equilibrio" de la sociedad. Esta parte es la base de la sociología,
pues estudia las condiciones generales de la existencia del individuo, de la
familia y de la sociedad. Todos se encuentran sometidos a las leyes de la vida
orgánica, al orden.
La idea de orden se
refiere a la unidad sistemática de la sociedad en una época determinada; este
orden le da a la estructura social estabilidad y firmeza.
— Individuo Es sociable
por naturaleza, no por utilidad. Por naturaleza todos los individuos son
iguales, la diferencia es sólo de grados. En el individuo predomina lo
instintivo y afectivo sobre lo intelectual.
— Familia Es la base de la vida
social. Ha evolucionado desde la poligamia. No igualdad de sexos: la mujer está
dotada de una capacidad secundaria (por la afectividad).
— Sociedad El gobierno debe
corresponderse con las tendencias espontáneas de la comunidad popular. Debe
regirse en ella el principio de cooperación entre las filosofías y la división
del trabajo. Espontáneamente se impondrá el gobierno de los mejores (la
estructura social lleva a esto: es inútil la lucha por la democracia).
Dinámica social
Estudia el
progreso social, el desarrollo constante de la comunidad humana. Lo dinámico se
refiere a la movilidad social, a su desarrollo, a su impulso histórico
renovador. La dinámica social es la aplicación a la sociedad de la "ley de
los tres estados":
— Metafísica: es el
momento político de la igualdad de los hombres y de la soberanía popular. Es un
período de revolución.
— Positivo: a este
estado corresponde una sociedad organizada pacíficamente a partir de la ciencia
positiva. Es el estado definitivo de la humanidad.
Estos tres
estados se desarrollan "dialécticamente" al modo hegeliano: es una
ley necesaria de la sociedad, aunque el trabajo del hombre ha contribuido a
ella. La humanidad se "perfecciona" progresivamente; por lo tanto se
va aumentando la felicidad en el hombre. Este progreso no se puede detener.
Cada estado social es
coherente con el momento que vive la civilización; sociedad y civilización
avanzan al mismo ritmo: sin esta coherencia no se podría explicar la historia.
Según Comte, la historia no es un retorno circular ni oscilatorio, sino una
línea que, en avance progresivo, se va acercando indefinidamente a una meta sin
jamás tocarla.
De la sociología a la moral
La sociología en general,
y la dinámica social en particular, llevan consigo una instancia valorativa al
tener como finalidad promover una organización más progresiva y libre del
hombre y de la sociedad, una mayor integración del hombre en el grupo. Esto le permite a Comte
introducir ya en el Curso de filosofía positiva, la moral como
una parte de la sociología encargada de estudiar y promover la política de la
solidaridad.
En el "Discurso sobre
el espíritu positivo", Comte habla ya de la "moral" como una
disciplina independiente, como la séptima ciencia fundamental dentro del saber
positivo enciclopédico. Según él, la moral tiene por objeto la revalorización
del sentimiento como fuerza activa de la existencia humana, y tiene como
finalidad, armonizar la vida individual con el resto de los individuos. La
moral debe coordinar los actos, sistematizar los sentimientos, dar unidad a la
vida total del individuo en beneficio de los demás con el fin de promover la
unidad verdadera y fecunda del género humano
La
"moral positiva" exige al hombre vivir para la "humanidad",
para el "Gran Ser", como conjunto de seres pasados, presentes y
futuros que concurren a perfeccionar el orden universal. Como nuestro desarrollo se
debe a la sociedad, para el espíritu positivo no existe el hombre sino la
humanidad. Es incorporándose a la humanidad como cada uno obtiene su intensidad
de vida, satisface su tendencia a eternizarse.
De
la moral a la religión
Comte, que había considerado superadas en el estado
positivo del saber, las ciencias religiosas propias del estado teológico y
metafísico, se va, sin embargo, acercando progresivamente a ellas al
desarrollar su sistema filosófico.
Consciente de su
importancia desde el punto de vista individual y social, va admitiendo la
necesidad de constituir una nueva religión que religue de nuevo a los hombres en el futuro.Tras la sociología y la
moral, la religión viene a completar el cuadro de las ciencias fundamentales.
La religión,
propia del estado positivo, no es la religión de Dios, superada en todas sus
formas históricas, sino la "Religión de la Humanidad", en la que el
individuo se salva y sobrevive en otros. Por eso en su obra Sistema de
política positiva, Comte constituye la religión en el ángulo de reflexión
de todo un sistema enciclopédico del saber porque, dice: "en cuanto que
potencia y enlaza las voluntades, es el comienzo y fin de la humanidad".
El hombre es
por naturaleza un ser religioso, que vive para los demás, si se ha hecho
egoísta se debe a su debilidad personal y social, a las circunstancias
negativas que ha vivido, pero que, por fortuna, son superables mediante la
educación que asegura el progreso teórico y práctico de la sociedad. Todos los
actos de la vida individual y social deben servir y venerar a la humanidad: la
felicidad consiste en unirse cada vez más a ella. El elemento básico de la
nueva religión es el "culto a la humanidad" entendida como el
conjunto de hombres que viven y contribuirán al "orden y al progreso de
ella".
El ideal de
la religión positiva es el "altruismo" y su credo religioso se puede
resumir en tres máximas:
— el amor como principio:
— el orden como base:
— el progreso como finalidad
La religión positiva está formada por una Trinidad:
— Gran Ser: la humanidad.
— Gran Fetiche: la tierra.
— Gran Medio: el espacio
De este modo
la humanidad debe organizarse como una gran sociocracia. La religión positiva tiene
— una "clase sacerdotal": son los
filósofos positivistas, donde él ocupa el lugar supremo:
— una verdadera liturgia sacramental
— una jerarquía
Lo que debe dominar en
esta religión es el "amor y el sentimiento" representado sobre todo
por la "mujer": nadie mejor que ella sintetiza las cualidades de los
dirigentes positivistas, Comte hizo de
Cleotilde de Vaux el modelo de la gran sacerdotisa de la humanidad.
ACTIVIDADES A. De comprensión
1. Define en el contexto del tema: fenómeno,
hecho, ley, verifícable, estado, progreso.
2. Identifica las obras más importantes de
Comte y la temática de ellas.
3. Identifica el objeto de la filosofía
positivista o positivismo.
4. Explica los principios básicos del
positivismo.
5. Explica el significado del término
"positivo" como contrario a quimérico, dudoso, abstracto.
6. Haz una síntesis del estado positivo.
7. ¿Qué entiende Comte por "hechos
constatables?
8. ¿Cuál es la finalidad de las leyes según
Comte?
9. Según el "criterio de
simplicidad" de Comte, clasifica las ciencias.
10. ¿Qué sentido tiene la religión para
Comte?
B. De aplicación
1. ¿Cuál es, según el positivismo, la función
de la teórico y de lo práctico? ¿Qué relación mantienen?
2. ¿Qué relación se establece entre el nivel
intelectual y las estructuras sociales y políticas? ¿Por qué?
3. ¿Cuándo una ciencia alcanza la
positividad? ¿Cuáles son los caracteres del saber positivo?
4. ¿Qué relación establece el positivismo
entre filosofía y ciencia?
5. ¿Qué relación y diferencia se establece
entre las matemáticas y el resto de las ciencias?
6. Explica la relación que establece el
positivismo entre sociología, moral y religión.
7. Establece las semejanzas y diferencias en
la religión teológica, la metafísica y la positiva.
C. Análisis de textos
Después de leer detenidamente el texto siguiente, contesta:
1. ¿Qué características atribuye Comte a la
ley de los tres estados?
2. Recoge las constantes que caracterizan a
cada uno de los tres estados.
3. Señala las relaciones que se establecen
entre los tres estados.
4. Explica en qué consiste el progreso que se opera desde
el estado teológico hasta el positivo pasando por el metafísico.
Texto I
Al estudiar el desarrollo total de la inteligencia humana en sus diversas
esferas de actividad, desde sus orígenes hasta nuestros días, creo haber descubierto
una gran ley fundamental, a la cual esta sujeto este desarrollo con una
necesidad invariable y que me parece que puede ser sólidamente establecida,
bien con pruebas racionales que nos proporciona el conocimiento de nuestra
organización, bien con las verificaciones históricas que resultan de un atento
examen del pasado. Esta ley consiste en que cada una de nuestras principales
especulaciones, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por
tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio, el estado
metafísico o abstracto y el estado científico o positivo. En otras palabras,
que el espíritu humano, por su naturaleza, emplea sucesivamente en cada una de
sus investigaciones tres métodos de filosofar, cuyos caracteres son esencialmente
distintos e incluso radicalmente opuestos: primero, el método teológico; a
continuación, el método científico, y, por fin, el método positivo. De aquí,
tres clases de filosofías o de sistemas generales, de reflexión sobre el
conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente: el primero es el punto
de partida necesario de la inteligencia humana, el tercero su estado fijo y
definitivo, y el segundo está destinado únicamente a servir de transición. En
el estado teológico, el espíritu humano al dirigir esencialmente sus investigaciones
hacia la naturaleza íntima de los seres, hacia las causas primeras y finales de
todos los efectos que le asombran, en una palabra, hacia los conocimientos
absolutos, se representa los fenómenos como producidos por la acción directa y
continuada de agentes sobrenaturales mis o menos numerosos, cuya arbitraria
intervención explica todas las anomalías aparentes del universo.
En el estado metafísico, que en el fondo no es mas que una simple
modificación del primero, los agentes sobrenaturales son reemplazados por
fuerzas abstractas, verdaderas entidades (abstracciones personificadas),
inherentes a los diversos seres del mundo, y concebidas como capaces de
engendrar por si mismas todos los fenómenos observados, cuya explicación
consiste, así, en asignar a cada uno su
entidad correspondiente.
En el estado positivo, por fin. el espíritu humano, reconociendo la
imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el
destino del universo y a conocer las causas intimas de los fenómenos, para
dedicarse únicamente a descubrir, con el uso bien combinado del razonamiento y
de la observación, sus leyes efectivas, es decir, sus relaciones invariables de
sucesión y similitud. La explicación de los hechos reducida a sus términos
reales no será en adelante otra cosa que la coordinación establecida entre los
diversos fenómenos particulares y algunos hechos generales, que las diversas
ciencias han de limitar al menor número posible.
A. COMTE: Curso de filosofía positiva,
Págs. 34-36
Después
de hacer una lectura atenta del texto que a continuación se escribe, contesta:
1. Recoge los caracteres del saber positivo
según el texto.
2. Explica en qué consiste el verdadero
espíritu positivo.
3. ¿Qué relación mantienen las leyes de los
fenómenos con los hechos? ¿En qué consiste realmente la ciencia?
4. Explica la relación existente entre la
previsión del verdadero espíritu positivo y la invariabilidad de las leyes
naturales.
Texto II
Destino de
las leyes positivas: previsión racional. Desde que la subordinación
constante de la imaginación a la observación ha sido unánimemente reconocida
como la primera condición fundamental de toda sana especulación científica, una
viciosa interpretación ha llevado con frecuencia a abusar mucho de este gran
principio lógico, para hacer degenerar la ciencia real en una especie de
estéril acumulación de hechos incoherentes, que no podrá ofrecer más mérito
esencial que el de la exactitud parcial. Importa, pues, darse bien cuenta de
que el verdadero espíritu positivo está, en el fondo, tan lejos del empirismo
como del misticismo; es entre estas dos aberraciones, igualmente funestas, por
donde debe caminar siempre: la necesidad de tal reserva continua, tan difícil
como importante, bastaría por lo demás para comprobar, conforme a nuestras
explicaciones iniciales, hasta qué punto debe ser maduramente preparada la
positividad, para que no pueda en modo alguno convenir al estado naciente de la
Humanidad. En estas leyes de los fenómenos consiste realmente la ciencia, para la que los hechos propiamente
dichos, por muy exactos y numerosos que pudieran ser, no significa jamás otra
que materiales indispensables. Ahora bien: considerando el destino constante de
estas leyes, se puede decir, sin ninguna exageración, que la verdadera ciencia,
lejos de estar formada por simples observaciones, tiende siempre a dispensar,
en lo posible, de la exploración directa, sustituyendo ésta por esa previsión
racional que constituye, en todos los aspectos. el carácter principal del
espíritu positivo, como nos lo hará ver claramente el conjunto de los estudios
astronómicos. Una previsión tal, consecuencia necesaria de las relaciones
constantes descubiertas entre los fenómenos, no permitirá nunca confundir la
ciencia real con esa vana erudición que acumula inútilmente hechos sin
aspirar a deducir unos de otros. Este gran atributo de todas nuestras sanas
especulaciones es tan importante para su utilidad efectiva como para su propia
dignidad: pues la exploración directa de los fenómenos cumplidos no bastaría
para permitirnos modificar su cumplimiento si no nos condujera a preverlo
convenientemente. De suerte que el verdadero espíritu positivo consiste, sobre
todo. en ver para prever, en estudiar lo que es para deducir lo que
será, según el dogma general de la m variabilidad de las leyes naturales.
COMTE: Discurso sobre el espíritu positivo, Págs.
115-116.
BIBLIOGRAFÍA
COMTE, Discurso sobre el espíritu positivo, Págs.
115-116.
COMTE: Curso
de filosofía positiva, Págs. 34-36
COMTE, Sistema de política positiva
DICCIONARIO FILOSÓFICO, Rosenthal-Iudin
No hay comentarios:
Publicar un comentario