lunes, 30 de julio de 2012

TRABAJO DCE CLASE VIERNES 03 DE AGOSTO DE 2012

EL MARXISMO

A la muerte de Hegel (1831) su sistema filosófico se había convertido en la Filo­sofía oficial del Estado prusiano. Sin embargo, pasados unos años, los hegelianos situados por la autoridad política en las principales cátedras universitarias, comen­zaron a dividirse en la interpretación filosófica hegeliana, según evolucionaba la situación europea.
Es así que los seguidores de Hegel se dividen en dos bandos:
a) La "derecha hegeliana" sigue la interpretación ortodoxa de la filosofía de su maestro, conservando el respeto por la religión y justificando la política del Estado prusiano.
b) La "izquierda hegeliana" combate las tesis conservadoras de los anteriores y basados en la dialéctica hegeliana afirma que todo lo que existe lleva en sí el germen de su propia negación para ser superado. Aplican la dialéctica a la religión y a la Justificación de la política del Estado prusiano. De esta izquierda hegeliana surge el "marxismo".
El marxismo ha sido sin duda una de las corrientes de pensamiento de más vasta influencia en la vida económica, social, política y cultural de nuestro siglo. En nues­tros días las más importantes transformaciones que han tenido lugar en la ex Unión Soviética (consecuencia de la crisis profunda del sistema) y el hundimiento de los regímenes políticos de la Europa del Este han puesto una vez más de actualidad el marxismo desde una perspectiva pesimista y sombría.
¿El fracaso de estos regímenes marxistas supone el fracaso y la muerte definitiva de las ideas y las tesis de Marx?
Una cosa es cierta, ese fenómeno tan complejo llamado marxismo ha impregna­do de tal forma la historia contemporánea que ésta no puede entenderse sin conocer lo que llegó a constituirse en uno de sus principales capítulos. Su presencia en los movimientos sociales, en los hechos políticos, en las discusiones teóricas y en las formas de expresión artística y literaria de los últimos cien años, es un dato irrefu­table, independientemente de la valoración que hagamos de este hecho.
Karl Marx, en colaboración con Engels, fue quien elaboro y formuló el mar­xismo.
Posteriormente, a este sistema filosófico fueron añadiéndose los aportes de otros pensadores marxistas: Lenin, Trostski, Lucacs, Gramsci, Marcuse, Althusser, etc. que dieron lugar a pluralidad de marxismos.
Tratamos en este tema de presentar, aunque en forma esquemática, una informa­ción básica sobre las cuestiones más importantes, es decir, las más citadas y debati­das en el ámbito del marxismo, centrándonos en sus aspectos filosóficos.
MATERIALISMO HISTÓRICO: KARL MARX
El estudio del materialismo histórico supone entrar en el examen de las "catego­rías" o "conceptos fundamentales" del marxismo de Marx y de su aplicación al aná­lisis y a la interpretación de los fenómenos sociales e históricos.
Marx sintetiza su teoría de la sociedad y de la historia (materialismo histórico) en el prólogo de la obra: Contribución a la crítica de la economía política. Este texto es considerado por algunos como la carta fundamental del materialismo histó­rico, en el que Marx expone sus categorías fundamentales.
Anatomía de la sociedad civil
Hegel en su Filosofía del Derecho hace un análisis de la sociedad, distinguien­do entre "sociedad civil" o esfera en que se produce la lucha de intereses individua­les y de grupos; y el "Estado", o esfera que encarna el poder universal y el interés general (situándola por encima de la sociedad civil).
Marx realiza una crítica a esta estructura social y afirma que, en realidad, el Estado es una creación de la sociedad civil y que lejos de encarnar el interés gene­ral, está condicionado por las relaciones sociales-económicas, que son las que cons­tituyen en la base de la sociedad civil.
Por "anatomía de la sociedad civil", Marx entiende las estructuras fundamenta­les que constituyen el tramado básico de las actividades económicas que es la socie­dad civil.
Luego la "anatomía de la sociedad civil" hay que buscarla, según Marx, en la economía política, es decir, en e) estudio sistemático de las relaciones sociales rela­tivas a la producción y distribución de bienes materiales.
Producción social de la vida
En Bruselas sigue sus estudios de economía política y llega a la categoría "pro­ducción social de la vida"
Según Marx, la diferencia entre e) hombre y el animal se inicia a partir del momento en que el hombre comienza a "producir medios de vida". Al producir sus medios de vida produce indirectamente su propia vida material.
La forma de producir los hombres sus medios de vida depende ante todo de la naturaleza misma de esos medios de vida que encuentra a su alcance. Este modo de producción consiste en un determinado modo de manifestar su vida, es decir, de un modo de vivir. Según esto, Marx afirma que: "Tal y como los hombres manifiestan su vida, así son", entonces lo que ellos son coincide con lo que producen y con su modo de producción. La producción social de la vida, Marx la desarrolla en tres momentos:
a) En un primer momento: es necesario que los hombres se hallen "en condi­ciones de poder vivir" Pero para poder vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse, salud, etc., es decir, que puedan producir los medios indispensables para satisfacer estas necesidades básicas para la "producción de la vida". Esta condición necesita cumplirse todos los días, en todos los pueblos, en todo tiempo, para asegurar la vida de los hombres.
b) El segundo momento: una vez satisfechas estas necesidades básicas (que su­ponen una serie de acciones para satisfacerlas, y al mismo tiempo los medios necesarios) éstas lo llevan a nuevas necesidades. La creación de nuevas nece­sidades constituye el primer hecho histórico.
c) El tercer momento en el desarrollo histórico: al renovarse diariamente los hombres su propia vida, comienza la "procreación" de nuevos hombres, crean­do "nuevas relaciones sociales". A la primera relación social que se da en la familia al multiplicarse los hombres y multiplicarse las necesidades, las rela­ciones familiares quedan en un segundo plano, ante las nuevas relaciones que se van presentando.

En consecuencia: "la producción de la vida" pasa por diversos momentos en los que se van creando nuevas necesidades y nuevas relaciones sociales. De donde se deduce que un determinado modo de producción conlleva a una determinada rela­ción social.
Relaciones de producción
Las relaciones de producción son las relaciones que se establecen entre los dis­tintos miembros de una sociedad histórica concreta, en la realización de las activi­dades que aseguran, en un sentido amplio, la "producción social de la vida" según un determinado "modo de producción".
Estas relaciones vienen determinadas, por una parte, por el lugar que se ocupa en la "división social del trabajo", es decir, qué es lo que a cada cual le toca hacer en ese concreto modo de producción, y, por otra parte, por el "intercambio, la distribu­ción y apropiación del beneficio social", esto es, qué parte se lleva cada cual del producto global obtenido para satisfacer las necesidades de los distintos miembros de la sociedad.
De aquí que las relaciones de producción tengan su expresión jurídica en las relaciones de propiedad.
La desigual distribución del trabajo y del beneficio que caracteriza las relaciones de producción de las sociedades donde existe la propiedad privada de los medios de producción conlleva, según Marx. a la existencia de "clases" antagónicas: (esclavo-hombre = sociedad esclavista), (siervo de la gleba-señor feudal = sociedad feudal), (proletario-capitalista = sociedad capitalista).
Esta existencia de clases antagónicas conlleva la "lucha de clases" como fuente permanente de conflictos sociales y motor de la historia, con sus correspondientes efectos en otras manifestaciones de la vida social. En conclusión: los hombres (igual que nacen en una determinada familia o en un determinado país) se encuentran, necesaria e independientemente de su voluntad, formando parte de un sistema de "relaciones de producción" que corresponden a una determinada fase de desarrollo de las fuerzas productivas.
Fuerzas productivas
En el proceso de trabajo intervienen:
El objeto sobre el que se trabaja: la materia prima o bruta.
Los medios de trabajo (conjunto de instrumentos: sierra, martillo, máqui­nas, etc.).
Fuerzas de trabajo: la energía humana empleada (no la que desarrolla una máquina; ésta desarrolla trabajo, pero no fuerza de trabajo).
Fuerza productiva: es el resultado o combinación de dos factores: la fuerza de trabajo (energía humana-formación técnica del hombre), y los medios de trabajo (instrumentos, maquinas que se emplean en el trabajo).
Estos son los factores que dispone una determinada formación social en un mo­mento histórico concreto para resolver las necesidades de producción.
Desde los tiempos prehistóricos en los que el hombre vive fundamentalmente de lo que ofrece la naturaleza y existe una elemental división del trabajo según el sexo, Marx constata un largo proceso de desarrollo social del trabajo, desarrollo que se va incrementando de forma especial con la revolución industrial y el modo de produc­ción capitalista.
Marx atribuye una importancia decisiva a las transformaciones en el desarrollo de las fuerzas productivas, de las que hace depender en gran medida los cambios en el orden de las relaciones de producción.
Estructura económica de la sociedad: infraestructura
Las relaciones de producción ligadas estrechamente al desarrollo de las fuerzas productivas, constituyen para Marx la estructura económica de la sociedad, base real de la sociedad. A esta estructura económica la llama infraestructura. La infra­estructura económica la constituyen: producción, distribución, intercambio y con­sumo.
Marx al calificar la infraestructura como "base real" de la organización econó­mica de la sociedad, esta señalando lo que considera el nudo central en la explica­ción de los conflictos sociales y de los grandes cambios históricos, frente a otros intérpretes de la historia, que atribuyen una fuerza decisiva a factores de otro orden (a la acción de Dios, a la acción de grandes hombres, etc.).
Superestructura
Sobre la "infraestructura" base real de la organización económica de la sociedad, Marx sitúa, en estrecha relación con ella, a otras instancias o manifestaciones de la vida social, que las llama "superestructura". Esta superestructura que veremos a continuación, consiste en construcciones que dependen de factores económicos (in­fraestructura) de la misma forma que un edificio se apoya en la cimentación.
La superestructura se manifiesta en:
a) El derecho y el Estado
El derecho en cuanto conjunto de normas que regulan el orden social', y el Estado, como institución política que busca el interés general de la sociedad. Según Marx en una sociedad de "clases", como es el caso del modo de producción capitalista, donde a través de un régimen de propiedad privada la clase dominante ejerce la propiedad de los medios de producción, también ejerce el control del poder del Estado y de las leyes que rigen la sociedad, poniendo el orden político y  jurídico en defensa de sus intereses contra los intereses de las clases trabajadoras.
b) Ideología: formas de conciencia social
Además en la superestructura se dan las "formas de conciencia social" o formas ideológicas o ideologías. Althusser define la ideología como un sistema (que posee su lógica y rigor pro­pios) de representaciones (imágenes, mitos, ideas o conceptos) dotadas de una exis­tencia en el seno de una sociedad dada.
Sin embargo Marx le asigna un carácter negativo a la ideología, denominándola "falsa conciencia". La ideología "enmascara" los intereses de quienes poseen el po­der de la sociedad.
La "falsa conciencia" que tiene la ideología hace referencia a aquellas "racionalizaciones" elaboradas y defendidas como verdaderas explicaciones de la realidad que no hacen sino ocultar o justificar los intereses propios de la clase domi­nante. Según el marxismo la ideología enmascara, oculta, encubre la verdadera rea­lidad.
En una sociedad puede haber diversas clases de ideologías:
Ideología jurídica: se da cuando en las constituciones de los Estados se pro­clama a los ciudadanos "jurídicamente libres e iguales y al pueblo como sobe­rano", siendo esto en la mayoría de los casos "puramente formal" pues la realidad es otra.
Ideología política: cuando el Gobierno "teóricamente" es árbitro imparcial en la defensa de los ciudadanos, mientras que en realidad es instrumento de opresión en manos de una clase dominadora.
Ideología religiosa: cuando se usa a la religión como sinónimo de "resigna­ción" ante las injusticias, y como justificación de los poderosos, y no se usa como instrumento de "liberación".
Ideología filosófica: cuando se usa a la filosofía como justificación de un sistema de explotación, negándole el carácter crítico ante todos los procesos ideológicos de la sociedad
Filosofía de la historia
Siguiendo la evolución intelectual de Marx, después de elaborar una teoría ex­plicativa de la "producción de vida", pasa a una generalización sobre el conjunto histórico de la humanidad, es decir, hace una "filosofía de la historia".
La historia como proceso dialéctico
Marx concibe la historia como un proceso de maduración de la especie humana para "producir" medios con los que satisface las crecientes necesidades.
Siguiendo a Hegel afirma que la historia es "dialéctica", es decir, la concibe animada por "contradicciones" históricas que tienen lugar en la "infraestructura" económica, esto es, en la relación entre propietarios de los medios de producción y las fuerzas productivas. Estas contradicciones se manifiestan en la "lucha de clases" que operan como "motor de la historia" Las contradicciones entre las clases que en un momento son conflictivas, posteriormente se vuelven "antagónicas" en cuanto que cada clase defiende su posición en el proceso productivo.
En el Manifiesto del partido comunista, Marx. dice: "La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases". De aquí que la historia sea también para Marx el escenario de la "alienación cre­ciente del hombre".
La alienación en Marx
Para Marx el sujeto de la historia es el "hombre", el hombre concreto, real, vi­viente, que necesita realizarse en el trabajo. El trabajo es la actividad creadora del hombre. El hombre fundamentalmente, no es conocimiento contemplativo, sino "tra­bajo productor", trabajo creador.
El hombre al trabajar "se proyecta sobre los productos de su trabajo”, es decir, pone en cada producto algo de su ser, toda su energía humana, sus cualidades, su imaginación, sus esfuerzos, su mente, de esta forma el producto tiene rostro huma­no. Nosotros podemos conocer al hombre del neolítico, porque podemos estudiar lo que ese hombre ha producido (dólmenes, menhires, hachas de sílex, etc.). En esos productos conocemos al hombre porque en ellos se proyecta de tal manera que el producto queda "inhumanizado".
Pero. ¿Qué ha sucedido a lo largo de la historia? Qué el producto del trabajo que los hombres han realizado con su trabajo no les ha servido para mejor producción de vida (comer, vestir, salud, educación, etc.), sino que ha sucedido todo lo contrario, los ha empobrecido más. es decir, los ha "alienado".
El producto del trabajo queda convertido en "mercancía" que vende en el merca­do a cambio de un salario, destinado a reponer la fuerza de trabajo. Ese producto "mercancía" es vendido a los propietarios de los medios de producción que lo utili­zan para fines lucrativos, y para obtener mejores ganancias.
Entre la fuerza de trabajo pagada en" salario" y la utilidad obtenida por el patrón al vender el producto existe una diferencia de valor que la apropia el capitalista y le utiliza según la lógica del sistema capitalista.
Hacia una sociedad sin clases
¿Cómo se produce el cambio de una sociedad capitalista a una sociedad socialis­ta o comunista? Marx es consciente de que cada día las relaciones de producción entre las dos clases se van haciendo más conflictivas. Es necesario un cambio "cua­litativo", es decir, un cambio histórico profundo en los medios de producción, ya que son éstos los que han cambiado la historia
Este cambio cualitativo, de una forma social de producción (capitalista) basada en la propiedad privada de los medios de producción, en otra forma de sociedad donde los medios de producción sean colectivos, sólo es posible por medio de la "revolución".
Marx, en la Ideología alemana, refiriéndose a la revolución, dice: "La revolu­ción no sólo es necesaria porque es el único medio de derrocar a la clase dominante, sino también porque la revolución permite a la clase que derriba a la otra, "barrer" toda la podredumbre del viejo sistema en que está sumergida y hacerse capaz de fundar una sociedad sobre bases nuevas.
En este proceso de cambio profundo la clase obrera irá tomando conciencia de clase, donde finalmente conseguirá, a través de sus organizaciones políticas, apode­rarse del poder político y arrebatar despóticamente (dictadura del proletariado) los medios de producción a la burguesía, en nombre de la inmensa mayoría.
A través de un periodo de transición, en el que aún perdurarán rasgos de la sociedad anterior, se irá logrando progresivamente la desaparición de las clases y también el paso a un nuevo modo de producción: "la sociedad socialista", donde el "poder sobre las personas" sería sustituido por la "administración de las cosas".
SEGUIDORES DEL MARXISMO
El marxismo de Marx y de Engels fue adaptado por los organizadores de la Revolución Rusa (1917) que impusieron el comunismo en las Repúblicas Soviéti­cas. Dentro de los seguidores del marxismo podemos identificar dos corrientes:
Marxismo ortodoxo
Una vez hecha la revolución los dirigentes, Lenin primero y Stalin después, se constituyen en guardianes y únicos intérpretes autorizados de las doctrinas de Marx y de Engels. Todo esto lo realizan a nombre del Partido Comunista. Para salvaguar­dar la unidad y asegurar los frutos de la revolución consideran indispensable guar­dar estrictamente las enseñanzas de Marx y de Engels, así sistematizan una doctri­na social del Partido que tienen que aceptar todos sin excepción. Se constituye así la ortodoxia marxista y el Partido tratará por todos los medios de mantenerla intacta. Con ello la labor filosófica en Rusia se ha limitado a una mera exégesis o exaltación de la doctrina oficial.
Marxismo occidental
Fuera del dominio ruso se dan una serie de autores que declarándose marxistas se han negado a admitir la tutela de la doctrina oficial y han emprendido la inter­pretación personal del marxismo, volviendo a los textos originales de Marx y de Engels. Estos filósofos con las debidas peculiaridades en cada caso, forman lo que se ha llamado marxismo occidental, en contraposición al marxismo ruso y chino que se consideran doctrinas oficiales.
Estos filósofos consideran que en Marx, junto a unas ideas aún válidas, hay otras ideas que por las circunstancias históricas y políticas ya han sido superadas.
La liberación del dogma oficial y la consiguiente libertad de interpretación ha­cen posible que en un mismo pensador, junto a las raíces auténticamente marxistas, aparezcan otras influencias debidas a las modernas corrientes del pensamiento, en­tre las que priman el humanismo, el historicismo y el estructuralismo
Antonio Gramsci (1891-1937)
Escribe casi toda su obra prisionero de los fascistas italianos. Considera que la filosofía de la praxis es una teoría de la historia. La auténtica filosofía de la praxis es la dialéctica, donde se anudan historia, economía, política.
Esta filosofía no es ya únicamente patrimonio de los grandes intelectuales, o de los filósofos de profesión, sino que tiene que hacerse patrimonio de las masas. Pero no porque éstas la adquieran por sí mismas, sino porque se la impone una minoría intelectual dirigente y se la impone de un modo dogmático. Gramsci dirá que la masa no posee una capacidad de crítica o discernimiento, sino de asimilación', por ello asume una serie de opiniones que se le presentan como certezas sin lugar a discusión.
Gyorgy Lucacs (1885-1961)
Asigna al marxismo, como función primordial, la explicación total del hombre y del proceso histórico a que se halla sometido. Formulo serios reproches al dogmatismo ruso y a su polarización en la acción revolucionaria, así como sus vacíos notables en el campo de la ética y estética. Advierte los errores que pueden cometerse con la mera aplicación de las leyes dialécticas y piensa que en el fondo lo que la dialéctica pide es una constante renovación y superación de la actividad humana.
Herbert Marcuse (1899-1979)
Tiene gran influencia en la juventud universitaria debido a que en sus obras halaga no sólo las aspiraciones más nobles, sino también los impulsos instintivos.
Observa que las masas obreras se han integrado en la sociedad capitalista en la que reciben indudables mejoras, pero sin alcanzar la libertad. A pesar de ello cree en la liberación futura de la humanidad que se conseguirá mediante la acción revo­lucionaria de la juventud y en particular de la juventud universitaria. En consecuen­cia, niega al proletariado su condición de protagonista de la revolución.
Considera Marcuse que en la actual sociedad capitalista se hallan técnicamente presentes todas las fuerzas materiales e intelectuales necesarias para realizar su transformación en una sociedad libre que se caracteriza por la estética y la erótica.

ACTIVIDADES
a. De comprensión:
1. ¿Por qué el marxismo es materialista y dialéctico? Explica.
2. Explica las leyes dialécticas.
3. Haz una síntesis de la crítica de Feuerbach a Hegel.
4. Explica: medios de producción y fuerzas productivas.
5. ¿Por qué se da la "lucha de clases"?
6 Explica los diversos tipos de ideologías que se dan en la sociedad, según Marx.
7. Define: "infraestructura y superestructura".
8. Con un ejemplo explica la "plusvalía".
9. Explica la concepción de Marx sobre la "alienación".
10. ¿Cuál es el modelo de sociedad que propone Marx? Explica.
b. De explicación:
1. Diga las semejanzas y las diferencias entre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico.
2. ¿Qué semejanzas y qué diferencias hay entre el concepto de enajenación de Feuerbach y el de Marx?
3. Explica el significado de la frase de Marx: "La religión es el opio del pue­blo".
4. ¿Qué sentido y alcance tiene la frase de Marx "No es la conciencia del hom­bre la que determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina la conciencia"?
5. Marx, es ¿un filósofo puro, ¿es un economista, ¿es un político Explica.
6. ¿Qué relación de afinidad o de contraste cabe establecer entre la concepción dialéctica en Hegel y en Engels?



TRABAJO DE CLASE JUEVES 02 DE AGOSTO 2012
HEGEL Y LA DIALÉCTICA

El método dialéctico responde al ambicioso objetivo de Hegel de someter a la razón el flujo completo y contradictorio de la realidad misma, donde todo aparece "interrelacionado" y lo "negativo" es asumido como un momento esencial en el proceso de lo real. El término "dialéctica" y la concepción dialéctica de la realidad no es hallazgo exclusivo de Hegel. Existía ya en la tradición filosófica, a lo largo de la cual había ido adquiriendo diversas significaciones. Conviene, por tanto, recordar, aunque sea brevemente, lo que el mismo Hegel consideró como "antecedentes históricos" de su propia noción de dialéctica.
Antecedentes históricos
Para entender el sentido y la estructura de la dialéctica hegeliana es necesario tener en cuenta a los filósofos más representativos que influyeron en él:
— Hegel atribuye a Heráclito el mérito de considerar la dialéctica no sólo como método de razonamiento, sino como la estructura misma del devenir de la realidad. Recordemos que Heráclito concibe la realidad como eterno movimiento y lucha de contrarios, regida por un Logos o Razón. Al respecto dice: "El mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses, ni de los hombres, sino que ha sido eternamente y es y será un fuego eternamente viviente que se enciende según medida y se apaga según medida". (Esta medida se refiere al logos o razón).
Parménides y Zenón de Elea al considerar que los sentidos nos conducen al error, ven en la razón como el único camino de acceso a la verdad a través de un proceso de deducción lógica. Según esto, consideran a la dialéctica como un método racional que nos lleva a la verdad.
Interpretación dialéctica de la realidad
Hegel al interpretar la realidad cuestiona la interpretación que han dado las filosofías anteriores, concibiéndolas como algo estático, fijo, independiente y par­ticular.
Para él, la realidad no es estática, sino dinámica, es decir, la concibe en un proceso complejo y contradictorio entendido como totalidad en movimiento. La realidad, cualquier realidad, es movimiento, oposición, conflicto, cada ser o acontecimiento particular está relacionado con la totalidad de los seres. Estos no son algo aislado, sino un momento del proceso que vive la totalidad de los seres. Como dice Heráclito: "cada ser está dentro del devenir del todo, es un momento del devenir".
Según lo anterior, la realidad para Hegel es dialéctica en sí misma: cada realidad no es fija, ni determinada de una vez para siempre, sino que es un momento de su continuo devenir. No se queda en el ser, sino que constantemente intenta llegar a ser, llegar a plenitud. Cada realidad está en un proceso de transformación y de cambio. El motor de este cambio es el devenir, es la lucha interior, el desajuste propio de la relación con el todo. Por eso toda la realidad es dialéctica, esta movida por la contradicción entre lo que es y lo que tiene que llegar a ser para "ajustarse al todo". Por lo tanto, cada realidad no es sino un momento del "todo", en el que queda asumida. De aquí la afirmación de Hegel: "lo verdadero es el todo"
La razón es dialéctica
Según Hegel, los filósofos anteriores, consideraban que el "sentido común" capta las cosas (objetos) como aisladas y separadas del resto de la realidad, que el entendi­miento procede aislando los objetos por medio de conceptos, y que la razón trata de conocer las cosas por sus causas, a partir del principio de causalidad ("todo ser que comienza a existir tiene su causa"). De esta manera identificaban la realidad con aspectos particulares de la misma: sólo interpretan el ser en sí mismo, en su origen, pero olvidan el aspecto dinámico de la realidad y por lo tanto, cometen errores al interpretarla.
Para Hegel el comportamiento propio de la razón aparece cuando la razón se hace dialéctica, o cuando "dialéctica". Todo diálogo comienza por una afirmación que salta de la boca de uno de los dialogantes, pero esta afirmación de nada valdría si no fuera negada y contradicha por otro dialogante. La contradicción es el motivo del diálogo, y a través del diálogo fluye la razón, como momento racional en el que hay oposición, fluidez y transforma­ción de las ideas. Pero la razón no sólo es dialéctica en sí misma, lo es también cuando se refiere a los objetos, por lo tanto, si el objeto o realidad es dialéctica debe ser explicada dialécticamente.
"Todo lo real es racional y todo lo racional es real"
Este principio (o axioma) hegeliano es como el corazón de todo el sistema.
En los puntos anteriores, Hegel ha afirmado que la realidad es dinámica (dialéctica) y que para explicarla debe ser comprendida por la razón dialéctica. A partir de estas afirmaciones vamos a tratar de comprender el principio: "Todo lo real es racional y todo lo racional es real".
a) Hegel piensa la realidad como un todo ascendente: desde el mundo mineral pasando por el orgánico, viviente y animal hasta llegar al hombre. Real para Hegel es todo aquello que es capaz de crecer, de superarse, de desarrollarse, de llegar a ser más. Toda la realidad, según él, es procesual, pues cada realidad es parte de un proceso que es el todo: cada ser, cada "piedra", cada "árbol"... cada animal, cada hombre... forman parte de una realidad que es el todo"
b) En este proceso ascendente: a mayor racionalidad corresponde mayor realidad. Y donde la racionalidad disminuye, disminuye la realidad. Desde la ínfima realidad hay un proceso de superación, de acercamiento a la realidad mayor. Por eso dice Hegel: "el espacio quiere ser cosa, la cosa quiere ser viviente, el viviente quiere ser hombre y el hombre quiere ser Dios.
c) La suprema realidad es la razón, la idea, el espíritu absoluto, que se piensa a sí mismo y se exterioriza en la naturaleza y retorna a su intimidad en la conciencia del hombre, quien conoce y se conoce (sujeto-objeto) y se proyecta de nuevo hacia el espíritu absoluto.
Los tres momentos de la dialéctica
En Hegel la dialéctica no es sólo un método racional de la realidad sino también es la realidad misma, es decir, que los procesos del desarrollo de la realidad y los procesos de despliegue de la razón son idénticos, la razón al desarrollarse en su proceso, va interpretando el dinamismo de la realidad.
De aquí, que Hegel afirme que el objeto de su filosofía es el "pensar la totalidad en movimiento o pensar la vida" que fluye en toda la realidad.
Hegel, como el viejo Heráclito, ve la realidad como ese movimiento eterno en el que todo se desarrolla, y así como Heráclito recurre a la imagen del fuego o al flujo permanente de un río para explicar esta idea, Hegel se refiere a los "distintos momen­tos" en que se despliega la realidad en su proceso.
Ahora bien, estos momentos en que el proceso de la realidad se va construyendo son momentos contrapuestos o antagónicos, no momentos yuxtapuestos.
Estos momentos de la dialéctica de Hegel se han interpretado, según el esquema tríadico de "tesis" (afirmación), "antítesis" (negación), y "síntesis" (negación de la negación"), pero Hegel usa muy poco estas expresiones (quizás más propias del mate­rialismo dialéctico desarrollado por el pensamiento marxista).
 Hegel usa otras expresiones para referirse a ellos.
"Momento negativo" expresa la dinámica de la realidad que entraña las contra­posiciones y antagonismos que hacen que esa realidad esté en movimiento.
"La contradicción es el motor de la dialéctica" expresa el dinamismo de la realidad por la contradicción y lucha de contrarios que hace que algo sea y no sea al mismo tiempo.
"Superación" expresa que aquello que perece reaparece de algún modo en algo nuevo que al negarlo lo conserva, constituyéndose a su vez en un nuevo momento del proceso, que seguirá en un devenir permanente.
EL SISTEMA  FILOSÓFICO  DE  HEGEL
Hegel piensa que ha llegado el momento en que la filosofía se expresara en forma de un sistema completo, acabado, científico. Un sistema perfectamente trabado, donde todo encuentre su lugar y sea considerado como un momento del proceso dialéctico de la realidad, del devenir del espíritu.
A continuación trataremos de recoger el esquema del sistema hegeliano para hacernos una idea, aunque muy general y de conjunto, de su concepción filosófica y conocer mejor la dialéctica que entraña.
Hegel en su obra Enciclopedia de las ciencias filosóficas organiza lo que ha llamado "sistema científico de la verdad". Divide la obra en tres partes: "Lógica", "Filosofía de la naturaleza" y "Filosofía del espíritu", siguiendo en ellas un esquema tríadico que se va a repetir a lo largo de la exposición del sistema.
Filosofía de la naturaleza
La idea sale de sí misma y se "aliena" en "lo-otro-de-sí" o sea la naturaleza.
Hegel concibe la naturaleza no como algo separado e independiente de los procesos espirituales, sino como un momento, es decir, el momento que empieza en lo mate­rial inerte de una realidad concebida fundamentalmente en los términos de esa idea que se despliega dialécticamente en dirección al espíritu.
Filosofía del espíritu
Para entender mejor esta parte del sistema hegeliano debemos entender el término "espíritu" que es fundamental en su filosofía. Ya indicábamos que para él "todo es espíritu", aunque en diversos grados:
Por una parte, al espíritu lo concibe como realidad primaria y lo identifica con la idea. Lo más fácil según esta concepción es identificarlo con Dios (ya mencionamos la afinidad de Hegel con el neoplatonismo y con el "panteísmo místico medieval). Este dios no se identifica con el Dios cristiano de la revelación que lo considera como creador, trascendente y separado del mundo.
Por otra parte, al espíritu lo concibe como naturaleza, es decir, "lo-otro-de-sí" del espíritu.
Por último, el espíritu apunta a la acción humana: "El reino del espíritu es lo que el hombre crea".
Pero esta acción humana en cuanto acción del espíritu que, en su relación dialéctica con "lo-otro-de-sí" (naturaleza), conquista por el trabajo su libertad, aparece divinizada en Hegel siguiendo el presupuesto central, "de que lo finito se despliega y revela lo infinito".
En la Filosofía del espíritu estudia los fenómenos o acciones humanas; siguiendo el mismo esquema tríadico. La desarrolla en tres momentos: como "espíritu subjetivo", como "espíritu objetivo" y como "espíritu absoluto"
Espíritu subjetivo
Estudia el espíritu en relación consigo mismo como conciencia o sujeto y lo expresa progresivamente en la: antropología, fenomenología y psicología. (Conviene aclarar que el significado de estos capítulos, como los que siguen, dista mucho de coincidir con lo que hoy se entiende por tales disciplinas).
En estos capítulos Hegel muestra los momentos de un proceso en el que el espíritu se despliega (como hizo con la naturaleza).
— En la Antropología identifica el espíritu con "el alma natural", es decir, lo considera encarnado en un cuerpo que es capaz de sensaciones, sentimientos y emociones. Es el momento en que el espíritu inicia el desarrollo de sí.
— En la Fenomenología, el espíritu comienza a tener conocimiento de sí y de algo que no es él mismo, es decir, descubre lo "otro" distinto de sí y tiene conciencia de algo que no es él (el mundo exterior).
— En la Psicología el espíritu se reencuentra consigo mismo y con el mundo exterior. Se da cuenta que sabe y quiere, es decir, toma conciencia de su "libertad". Hegel lo llama "espíritu libre" en el que finalmente el espíritu se afirma. "El hombre está destinado a la suma libertad".
Espíritu objetivo
Si en el "espíritu subjetivo" ha mostrado al espíritu como conciencia o sujeto abierto a la libertad, en este momento "objetivo" Hegel muestra el proceso de "objetivación o concretización" de esa libertad en la sociedad en tres capítulos:
— En el derecho, la libertad se manifiesta en la realización del hombre como persona jurídica. La libertad no es algo externo, sino que se manifiesta en el mismo ser del hombre. Esta realización como persona jurídica se inicia en la familia.
En la moral, la libertad se manifiesta en los motivos interiores que el hombre tiene para obrar de determinada manera. La realización de los individuos como personas libres se concretiza en la sociedad
En la ética, la libertad se concretiza en la conducta objetiva de la comunidad. Esta objetivación de la conducta requiere que el individuo identifique su acción humana con una racionalidad objetiva, que se expresa en el Estado.
La libertad, según Hegel, encuentra su máxima realización en el Estado, que lo concibe como el momento supremo del "espíritu objetivo": Hegel tiene delante al Estado moderno, el Estado de los "derechos del hombre" que proclama la Revolución francesa. En la sociedad se producen enfrentamientos y luchas porque hay intereses particulares o de grupos, frente a éstos, el Estado encarna el interés general. Los individuos para no destruirse mutuamente y salvar su libertad han de someterse al poder del Estado, que como tal, no depende del capricho de los individuos y de los grupos, ni de su voluntad de pacto (Rousseau), sino que éste se justifica como "encarnación suprema de la Razón".
Espíritu absoluto
Las concretizaciones de la libertad en el Derecho, Moral y Ética no son definitivas en el despliegue del espíritu. El espíritu necesita replegarse sobre sí mismo y alcanzar una esfera superior, que él llama "espíritu absoluto". En él muestra el despliegue del espíritu en una triple manifestación: arte, religión y filosofía, que se distinguen por la forma bajo la cual se revela el espíritu.
— En el arte. Es la manifestación sensible del espíritu, que se revela en la forma individual. El arte representa lo verdadero en una imagen sensible creando belleza.
— En la religión, es la manifestación de lo absoluto en la conciencia humana, que a través de la representación interna, meditación, busca el absoluto.
— En la Filosofía o la libre razón: lo propio de la filosofía es concebir, comprender por la razón todo aquello que ha sido dado por la representación sensible (arte) y por la representación interna (religión). A ambas la razón las aprehende en forma de pensamiento.

ACTIVIDAD
De comprensión
1. Explica los siguientes términos en su uso hegeliano: dialéctica, contradicción, superación, lógica, lo-otro-de-sí, libertad
2. ¿Qué significa la afirmación hegeliana: "la verdad es el todo"?
3. Explica el concepto hegeliano de "momento" aplicado a su dialéctica.
4. Explica las diversas acepciones que Hegel le da al concepto "espíritu".
5. Identifica las etapas de la historia y cómo se caracterizan según Hegel.
6. Identifica y explica los momentos de la dialéctica.
7. Explica qué estudian los capítulos del espíritu subjetivo.
8. Explica la siguiente afirmación: "lo que es negado, al superarse se conserva".
9. ¿En qué capítulos explica Hegel el desarrollo de la libertad?
10. Explica el concepto de Estado.

De aplicación
1. ¿Qué relación hay entre la filosofía de Heráclito y la concepción hegeliana de la dialéctica?
2. ¿Qué relación hay entre el "uno" del neoplatonismo, y la "idea absoluta" de Hegel
3. ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre el concepto de Dios, dado por el cristianismo, y la "idea absoluta" de Hegel
4. ¿Qué relación hay entre el "espíritu del mundo" y el concepto de providencia del cristianismo?
5. Haz un juicio de valor sobre el concepto de historia de Hegel.